LA ORACIÓN PRIVADA EN UN LUGAR A SOLA CON DIOS
Por Denis Aguilar Urbina
En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar (Mateo 14:22-25)
En el artículo Oración Privada en Casa misionamos
que para realizar la oración privada se sugieren de dos maneras: En tu casa, y
lo otro es, buscar un lugar para estar a sola con Dios.
La oración privada en un lugar a sola con Dios son
casos especiales. Es para atacar problemas y resolverlo con la ayuda de Dios. Durante
el peregrinaje, tropezarás con circunstancias difíciles, que amerita buscar un
lugar a sola para enfrentarlo.
1. Jesús nuestro modelo
Nuestro Señor Jesucristo lo practicó en varios
lugares: El desierto, En Getsemaní y el monte que rodeaba el lago de Galilea;
al lado de Tiberia etc. (Mateo
14:22-25)
En este monte el Señor alimentó a cinco mil varones. Estos
hombres impresionados por la señal que había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había
de venir al mundo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de
él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo (Juan 6:5-15). Según el relato de Juan, lo querían secuestrar para ponerlo de Rey. Esa
fue la misma propuesta que le hizo el diablo en el desierto, lo cual, fue rechazada por Jesús inmediatamente (Mat.
4:8-10).
Satanás se lo propuso, pero esta multitud lo iban a
secuestrar porque este profeta le había dado salud y alimento, que es lo que la
gente añora. Tanto la propuesta del diablo, como la actitud de esta multitud;
estaban dentro de las trampas del enemigo para desviar la misión de salvación
de Cristo. Jesús, como nuestro gran modelo; siempre buscó el rostro de su Padre
Celestial a sola en oración para fortalecer su alma, espíritu y su misión no
fuera desviada. En esa ocasión, el Señor prevaleció como diez horas orando a su
Padre para salir ileso de semejante situación (Mat. 14:23,25). El Señor es
nuestro modelo.
2. John Maxwell (Testimonio)
Es impresionante la
experiencia que cuenta John Maxwell; considerado como uno de los mejores
líderes del mundo en la actualidad. Veamos lo que dice al respecto:
“Un año antes de aceptar el llamado a predicar, a los diecisiete, me
matriculé en la universidad bíblica en Circleville a fin de prepararme para el
ministerio. Mi experiencia allí fue muy positiva. Aprendí mucho…, una de las
cosas más importantes que aprendí fue a tener un período devocional profundo
con Dios. Fue algo que no me enseñaron en la escuela; lo aprendí dedicando una
hora en oración con Dios cada día. Y desde entonces mi vida ha cambiado. Al
terminar mis clases al mediodía, almorzaba… Cada día a la una, tomaba mi Biblia
y una libreta de notas y atravesaba el local. Mi destino era un viejo edificio
de bloques que se encontraba en un campo abierto al fondo de la universidad. El
trayecto desde la cafetería hacia el viejo edificio no llegaba a medio
kilómetro, … Mi espíritu se elevaba al anticipar el tiempo que iba a estar con
Dios para conocerle y estar cerca de Él en oración. Durante cuatro años me
encontré con Dios allí todos los días.
Dos semanas después de graduarme en la universidad,
Margaret y yo nos casamos. Y dos semanas más tarde comencé mi pastorado en una
pequeña iglesia en Hillham, Indiana. Nos mudamos a una casa reducida que estaba
en una pequeña finca de casi dos hectáreas de terreno. Después de mudarnos, lo
primero que hice fue buscar un lugar donde poder ir a orar. E inmediatamente lo
encontré. Era una inmensa roca dentro de la arboleda al fondo de nuestra casa.
Solía subir a gatas hasta la cima de aquella roca y pasar tiempos increíbles
con Dios allí. Cuando ahora recuerdo la etapa en que aprendí a estar una hora a
solas con Dios, puedo decir con toda sinceridad que fue cuando más crecí
espiritualmente. Como es natural, ahora sigo creciendo y el período que paso
con Dios es profundo y vivificante. Sin embargo, en aquellos días sentía que
Dios me cambiaba con rapidez al ayudarme a desarrollar mi personalidad conforme
a su voluntad. Y fue entonces cuando comenzó a usarme en la obra de su Reino”.
El secreto de los grandes siervos de Dios, que han
surgido en la historia, fue la oración privada. Entre ellos tenemos a:
1. Jerónimo Savonarola, conocía de memoria gran
parte de la biblia. Pasaba noches enteras en oración. Dentro de sus libros está
uno titulado: “La oración”.
2. Martin
Lutero decía acerca de la oración: “La oración no es para cambiar los
planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad”. Lutero oraba dos horas diarias y cuando tenía dificultades
oraba más tiempo. Decía: “Tengo
tantas cosas que hacer, que pasaré las primeras tres horas orando”. El acostumbraba decir: "Orar bien es la mejor
parte de los estudios." Sobre él escribió cierto colega: "Cada mañana
él precede sus estudios con una visita a la iglesia y con una oración a
Dios."
3. Juan Wesley, apartaba dos horas diarias
para estar a sola con Dios. Se esforzaba para levantarse diariamente a las
cuatro de la mañana. Después de estudiar durante seis años en la escuela, Wesley fue a
estudiar en Oxford, y llegó a dominar el latín, el griego, el hebreo y el
francés. Pero su interés principal no estaba en cultivar el intelecto. A ese
respecto se expresó así: “Comencé a reconocer que el corazón es la fuente de la
religión verdadera… reservé entonces dos horas cada día para quedarme a solas
con Dios. Participaba de la cena del Señor cada ocho días, me guardaba de todo
pecado, tanto de palabras como de obras. Así pues, basándome en las buenas
obras que practicaba, me consideraba un buen creyente.”
Las tres primeras horas
del día las dedicaba a la oración y estudio de las Escrituras.
Cierto creyente que lo
conocía íntimamente, escribió acerca de él: “Consideraba a la oración como lo
más importante de su vida y lo he visto salir de su cuarto con el alma tan
serena, que esta se reflejaba en su rostro el cual brillaba”
4. Cuenta Paul Yongi
Cho
Que cuando los
matrimonios llegan para pedir el consentimiento del divorcio. Lo enviaba tres
días a la montaña de oración y después le decía que le daría el consentimiento.
Al regresar el pastor le decía. Ahora si firmo: Ellos decían ni loco nos
divorciaríamos.
La oración privada en
un lugar a sola con Dios es indispensable tal como se ha descrito en este artículo
para batallar en los momentos más difíciles. Es recomendable hacerlo cada tres
meses si fuera posible, sino cada seis meses o por lo menos una vez al año. La
mayoría combinan la oración y el ayuno en esta experiencia.
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