LIBRE DEL AZOTE DE LA ENFERMEDAD
Por Denis Aguilar Urbina
TEXTO: LUCAS 8:43-48
43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que
había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser
curada,
44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo
el flujo de su sangre.
45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo
Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y
dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido
poder de mí.
47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y
postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le
había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
Nuestro Señor acababa de venir de un viaje misionero de Gadara. En su
ciudad había sanado a un paralítico. Después llamó a Mateo. Los fariseos
llegaron a realizarles preguntas capciosas. Después llegaron los
discípulos de Juan a realizarle preguntas acerca del ayuno. En ese instante,
llegó Jairo, principal de la sinagoga para rogarle postrado en tierra, que
sanara a su única hija. El Señor se levantó y le siguió con sus discípulos.
La biblia
dice, que mientras iba de camino he aquí una mujer enferma de flujo de sangre
desde hacía 12 años. Había gastado todos sus bienes en médicos. Económicamente
estaba en la calle.
Físicamente estaba desgastada delgada y sin fuerza. Había gastado todos sus
bienes en médicos. Económicamente estaba en la calle. Probablemente
había escuchado de los milagros que Jesús había hecho a mujeres con malos
espíritus. Algunas
mujeres como: María Magdalena, Juana, Susana Y otras
mujeres. El milagro de la noticia del día era el caso del endemoniado gadareno.
Eso fortaleció la fe de esta mujer desventuradas
al grado se formó una meta y estableció plan, que para llevarlo a cabo pasaría
por dificultades difíciles.
Veamos el proceso:
I. SE PROPUSO TOCAR EL BORDE DEL MANTO DE JESÚS PARA SER SANA
Se formó una meta: “Tocar el borde del manto de Jesús”. Era una decisión sumamente arriesgada, donde se tenía que pagar el precio del esfuerzo, del sacrificio y aun del desprecio. Penetrar entre la multitud en su estado de debilidad profunda era una misión titánica. Pero su determinación ya estaba definida. Y así lo hizo.
II. SE PROPUSO VENCER LOS OBSTÁCULOS
Uno de los
obstáculos que enfrentó fue su condición física decaída por la enfermedad. Por
otro lado, su enfermedad la condenaba a ser inmunda por su
menstruación o flujo de sangre y destinada a
vivir fuera de la sociedad
Pero con una meta en su mente y corazón saco fuerza de
debilidad al grado de penetrar entre la multitud con su cuerpo sumamente
debilitado, arriesgando a que la descubrieran.
Su debilidad física no impidió introducirse entre la multitud. se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre (Lucas 8:44). Su fe profunda de ser sana le dio fuerza hasta tocar el manto e inmediatamente fue librada del azote.
III. SE PROPUSO POR FE Y ESFUERZO HASTA TOCAR EL BORDE DEL MANTO
Se le acercó
por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su
sangre (Lucas 8:44)
Cuando la mujer tocó este borde
estaba creyendo que Jesús era el Mesías de esta profecía y que el borde de su manto traería
la sanidad que tanto anhelaba.
Jesús usaba un manto de oración conocido como talit. Este talit debía tener cuatro puntas sobresalientes (Deut. 22:12) Llamado flecos que representan las cuatro letras de la palabra “Dios” en hebreo, YHWH (Tetragrámaton). De manera que los flecos (tzitzit) del borde del manto de Jesús Representaban: El nombre de Dios; quién es Dios; cómo es Dios. Estaban sus mandamientos y las promesas de bendiciones.Esto fue un tremendo acto de fe, pues significaba. que la mujer estaba aferrándose al nombre de Dios. y estaba reclamando las promesas de Dios. La mujer estaba consciente que estaba tomando de las promesas de Dios en sus manos para ser sana.
IV. SE PROPUSO TENER UN ENCUENTRO PERSONAL CON JESÚS
La fe
determinada de esta mujer fue impactante. Contra viento y marea logró tocar el
borde del manto del Señor y fue sana inmediatamente. Detuvo a una congregación
que iba en dirección de la hija de Jairo. Veamos esta maravillosa escena que
cuenta el encuentro personal de esta mujer con Jesús.
45 entonces Jesús dijo:
¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él
estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me
ha tocado?
46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido
poder de mí.
47 entonces, cuando la
mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus
pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y
cómo al instante había sido sanada. (8:45-47)
El testimonio dramático de esta
mujer ante Jesús y el pueblo demuestra el poder del Señor en la vida de las
personas están sufriendo por algún azote. Jesús lleno admiración, elegio a esta
mujer diciendo:
…” Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz”.
Por su determinación esta mujer fue sana y
salva por nuestro Señor Jesucristo. Ejemplo vivo para cada uno de
nosotros
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