LA COMPASIÓN DE JESÚS
Por Denis Aguilar Urbina
TEXTO: LUCAS 7: 11-17
7:11 Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama
Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
7:12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí
que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era
viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.
7:13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le
dijo: No llores.
7:14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban
se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.
7:15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a
hablar. Y lo dio a su madre.
7:16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios,
diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a
su pueblo.
7:17 Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.
Nain está a un día de Capernaum (16 Kilómetros). Naín, antes era Sunen
(Donde Eliseo había resucitado al hijo de otra
madre viuda. Cerca de la puerta
oriental de Naín, por el camino de Capernaum; se ven sepulcros de rocas. Se le llamaba la ruta de los sepulcros,
lugar de dolor. Jesús que venía de Capernaum, pudo
haberse encontrado con el cortejo fúnebre que venía de la ciudad hacia los
sepulcros.
Este episodio describe tres aspectos de suma importancia que involucra el dolor de los seres humanos, la actitud de Jesús de compasión y su poder para darnos consuelo y paz a cada uno de nosotros. Observemos por parte:
I. NOS HABLA DEL DOLOR Y ANGUSTIA DE LA VIDA HUMANA
La ruta de los sepulcros es un lugar de dolor y sufrimiento. Un fallecido causa
dolor en la familia. Según estudio en ese ramo, las emociones se alteran en un 100%. Jesús encontró un
entierro. Vio la banda de
músico con flautas y címbalo; lanzando sus gritos y lamentos. Las plañideras de
igual manera lanzaban sus gritos. Pero todo el dolor se encierra en la
frase: “hijo único”. Un ser querido causa dolor.
Esta Mujer era viuda. Era su único hijo. Que dolor, que llanto y que sufrimiento.
II. NOS HABLA TAMBIÉN DE LA COMPASIÓN DE JESÚS
Esta escena nos habla de la compasión de Jesús. A Jesús se le conmovió el corazón,
Sentía compasión; sintió lástima. Para los que observaron a Jesús dolerse ha de
haber sido sorprendente. La filosofía noble de la antigüedad era la estoica.
Los Estoicos creían en un dios apático, que significa la incapacidad de
sentir. Ellos decían que el que hace sentir a alguien, en grado es mayor que esa
persona. Dios ha de ser insensible, porque es mayor que todos, decían los
estoicos.
Sin embargo, aquí se presenta el Hijo de Dios que se conmueve de corazón. El
profeta Isaías dijo de Jesús: “En toda angustia de ellos Él fue angustiado,
varón de dolores experimentado en quebranto”. Esta es la revelación más
preciosa del Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo: Manifiesta su compasión,
su ministerio y sacrificio. Lucas 7:13 lo expresa así “Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella,
y le dijo: No llores”.
III. NOS HABLA DEL PODER DE JESÚS
El Señor entendió la
situación de la viuda. La viuda quedaba sin sustento y muy sola. Y conmovido
manifestó su autoridad y poder: 7: Y acercándose, tocó
el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo,
levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar.
Y lo dio a su madre (Lucas 7:14,15)
Tocó el féretro. El féretro
no era un ataúd como lo de hoy. Era como una tarima de dos varas de ancho. Al
tocar el féretro, el muchacho resucitó. Por ese milagro, la ruta del
sufrimiento, se convirtió en lugar de admiración consuelo y alegría. Nuestro
Señor Jesucristo es el Señor de la vida y la muerte.
Como era de esperarse. Después después de ese milagro espectacular realizado ante una multitud le gente quedó anonadada. “Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor (Lucas 7:16,17)
El dolor y la angustia existe en este mundo. Fallecimiento de un ser
querido. La rebeldía de un hijo. La pésima relación familiar. La pobreza. En cualquier
circunstancia difícil, el Señor siente ese dolor. Pero más se le conmueve el
corazón, al ver la pobreza espiritual de las personas. El Señor Jesús, tiene
poder para solucionar ese problema. Dios tiene poder para resucitar
espiritualmente a las personas. El Señor es Todopoderoso.
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