EL PECADO SEPARA A LAS
PERSONAS DE DIOS
Por Denis Aguilar Urbina
“Pero
vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías
59:2)
Cuando Adán y Eva pecaron su
cuerpo fue degradado al grado de la muerte. 3:19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres, y al polvo volverás (Génesis 3:19). Fueron separados del jardín
del Edén. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de
que fue tomado (Génesis 3:23). Por último, separado de Dios como dice Isaías
59:2. De esa manera se pierde la identidad del hombre, que vimos en la primera
lección.
¿De qué manera el
pecado nos separa de Dios?
I.
El pecado nos separa de tener una
comunión con Dios
Al no tener la energía
espiritual por falta de comunión con Dios, el alma es minada por el pecado y
contamina el cuerpo. De esa forma dejamos de escuchar su palabra, dejamos de
pensar en Dios y nos guiamos por lo que nos dicta el pecado.
II.
El pecado al separarnos de Dios nos
convierte en pecadores
El David dijo: “He aquí, en
maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi
madre” (Salmos 51:5). Los judíos creían que ellos no eran pecadores, que los
pecadores eran los gentiles, es decir, los que eran judíos. Pablo
lo desengaño diciendo:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de
la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
Existen
personas que dicen: De que me voy arrepentir: Yo no le hago mal a nadie, no
fumo, no tomo licor, no soy drogadicto, no peleo. No soy como fulano y zutano.
Pero se olvidan que el orgullo fue el pecado que destrono a Satanás del cielo.
Mejor
sigamos el ejemplo del publicano cuando dijo: “Sé propicio a mi pecador”
III.
El pecado al separarnos de Dios es
mortal
Una vez que el pecado logra separarnos de Dios, es
severamente mortal.
Según Mateo 15:19 el pecado es procedente del corazón:
“Porque
del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.
Según Santiago 1:15 el pecado es fruto de la
concupiscencia: “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a
luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
El pecado conduce a la vergüenza Romanos 6:21 dice: ¿Pero qué fruto teníais de
aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es
muerte.
El pecado conduce a la zozobra Salmos 38:3,4 dice: Nada hay sano en mi
carne, a causa de tu ira;
ni hay paz en mis huesos, a causa de mi
pecado. Porque mis iniquidades se
han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí. Pablo
dice en Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte” …
IV. Los diferentes
pecados nos llevan al mismo fin
El pecado de la borrachera lleva a la pobreza. El
pecado de la drogadicción lleva a la miseria. El pecado del placer lleva a la
desgracia. El pecado del adulterio lleva al divorcio. El divorcio provocado por
el pecado lleva a la separación de la familia. Un hogar destrozado podría
convertirse en nido de delincuentes, ladrones, violadores, prostituciones etc.
El salario que cobra el pecado al separarnos de
Dios, es muerte.
El
pecado al separarnos de la comunión con Dios, al convertirnos en pecador nos
paga con un salario de muerte. Nos hace perder la identidad, con el cual, Dios
nos hizo. En lecciones siguientes veremos como el Señor restaura nuestra
identidad a precio de sangre
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