Acontecimientos que describen lo que tú vale
Por Denis Aguilar Urbina
Génesis 1:26 dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra”.
En una ocasión un niño diseña y crea un
barquito, y cierta tarde decide jugar en el río con él. De repente un
viento fuerte del norte se lleva al barco y lo aleja de la vista del niño. El
niño triste se va para su casa, y a los tres días pasando por un centro
comercial ve su diseño de barco, el mismo que había perdido en el río, era
reconocible. Se acerca al dueño del local ...y le dice que le devuelva su barco
porque él mismo se había tomado el tiempo de construirlo. Pero el señor le
dice que si quiere su barco tiene que pagar un precio.
El niño sale entusiasmado y llega a su
casa, abre la alcancía y con la misma sale para el centro comercial; después de
haber comprado su barco y tenerlo en su mano le dice: Barquito te Amo el Doble:
Primero porque te hice y segundo porque te compré.
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Lo que tu vale se refleja en tres
acontecimientos de suma importancia:
I. Somos creados a la imagen de Dios
Somos
representante de Dios. Todo nuestro ser refleja la imagen de Dios.Tenemos la capacidad de reflejar el carácter de Dios
en: Amor, Paciencia, Perdón,
Bondad y Fidelidad
También
nos proporciona una base sólida para nuestra autoestima. Nuestro valor no se
basa en posesiones, logros, atractivo físico o reconocimiento público. Nuestro mayor valor es ser creado a la imagen de Dios.
Debido a que somos semejantes a Dios podemos
tener sentimientos positivos acerca de nosotros mismos.
Como persona de valor le da la libertad de amar a Dios de conocerlo personalmente. La autoridad de dominio que nos da.
II. Somos comprados por sangre
En este aspecto se debe tomar en cuenta lo que dijeron
los apóstoles Pedro y Pablo.
Pedro hizo un recordatorio que amerita la atención de la
iglesia expandida por el mundo:
Sabiendo que fuisteis rescatados de
vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con
cosas corruptibles, como oro o plata, Sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación… (1
Pedro 1:18,19)
Pablo amplió más el concepto: Pues por precio
habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 Corintios 6:20) “Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios;” (Efesios 2:8)
De modo que, si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Corintios 5:17)
La salvación es gratuita para nosotros. Pero para el Señor tiene un precio alto. Ese sacrificio nos permitió recuperar la creación a la imagen de Dios.
III. Somos invitados a reposar y a la gran fiesta
El apóstol
Mateo describió a Jesús invitándonos al reposo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera
mi carga”. (Mateo 11:28,29)
El apóstol Juan
describe a Jesús invitándonos a la “gran fiesta”.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis
3:20)
CONCLUSIÓN
Vimos tres aspectos que demuestra lo que valemos ante Dios: Somos
creados a la imagen de Dios; Somos comprados por precio de sangre y Somos
invitados a reposar y a la gran fiesta. Estos factores nos convierten en
"Bienaventurados en esta tierra con mira al cielo; la morada eterna.
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