“BAJO LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE”
Por Denis Aguilar Urbina
TEXTO:
SALMOS
91:1,2
91:1 El
que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
Existen algunos que
usan este salmo como amuleto. Abren la Biblia y la dejan abierta en el salmos
91 para que los proteja. Llama la atención el Comentario de Carlos Spurgeon:
"El que habita al abrigo del
Altísimo". Las bendiciones que se prometen aquí no son para todos los
creyentes, sino para aquellos que viven en íntima comunión con Dios. Todo hijo
de Dios mira en dirección al santuario interior y al propiciatorio, pero no
todos moran en el lugar santísimo; acuden a Él a veces, y gozan al hacerlo, pero
de modo habitual no residen en la presencia misteriosa." C. H. S.
De
entrada, el texto nos indica: “Que el que habita al abrigo del altísimo”.
“Morara bajo la sombra del Omnipotente”. Esta reflexión nos lleva a dos
planteamientos: El deseo que Dios me hable (Lectura de su palabra) y el deseo
de hablarle a Dios. Veamos lo que dice salmos 91:1,2:
El
que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y
castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
En el Salmos 91:1,2 En estos
versículos el rey David mensionan tres títulos que designan a Dios.
I. TITULO QUE DESIGNAN EL NOMBRE DE DIOS
1. Elyon, que significa altísimo
2. Shaddai significa el Omnipotente
También significa el Todopoderoso:
Este nombre figura cerca de 50 veces en el Antiguo Testamento; fue el nombre
mediante el cual se conoció a Dios entre los patriarcas (Gen 17:1; Exo 6:3);
algunos eruditos trazan su origen al verbo shadad que significa «poderoso,
inconquistable; otros relacionan su origen con la palabra acadia para
«montaña», que indica la grandeza, fortaleza o la sempiterna naturaleza de
Dios; por lo tanto, Sheh-day o Shadday es el Dios todo-suficiente, eternamente
capaz de ser todo lo que su pueblo necesita. 91:3,13
3. Elohim es el último nombre que David
designa a Jehová y que aquí significa «el Dios sublime.
II. LIBERACIÓN DE DEMONIO
91:3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste
destructora.
91:13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro
del león y al dragón. Antiguos comentaristas judíos consideran que estos versículos se refieren a
ataques demoníacos. La demonología constituía un largo capítulo de la teología
judía en tiempos del advenimiento de Cristo (Mat 9:34). Ello se pone de
manifiesto en la Gran Comisión (Mar 16:15-18).
III. LA PROTECCIÓN DIVINA PARA LA SALUD
Salmos 91:9,10 dice: "Porque has puesto a Jehová, que
es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga
tocará tu morada" Una promesa de protección divina para la salud, SANIDAD
DIVINA. Este pasaje promete protección de las enfermedades como una bendición
de la vida redimida. La palabra «plaga» (del hebreo nehgah se utiliza para
algo «infligido» sobre un cuerpo y en una época se refería específicamente a
las «manchas de lepra». Aquí se habla de una defensa permanente contra las
enfermedades «infligidas», pero a condición de que hagamos del Señor nuestro
verdadero refugio y habitación.
¿Cómo podemos hacer esto?
Existen dos palabras hebreas en el v. 9 que nos dan la
respuesta.
La palabra makhseh traducida como «esperanza», quiere decir
«refugio, lugar de protección, guarida». Viene de la raíz khawsaw que significa
«buscar protección, confiar en».
La palabra Maween traducido como «habitación», indica un
retiro. Viene de la raíz ~onah que describe la seguridad que se
experimenta en la intimidad de la vida, «como en el matrimonio».
De estas palabras claves sale un principio: “Cuando hacemos
de Dios nuestro refugio y habitación, al confiar en él, llevarle nuestras
preocupaciones, temores, necesidades; cuando buscamos su orientación,
invirtiendo tiempo para renovarnos en su presencia, amándole y caminando junto
a él cada día, entramos a un refugio lleno de promesas de salud”.
Esta verdad nos salvaguarda contra el hacer de la oración por la sanidad un recurso de emergencia, como sucede con algunos, que acuden a ella sólo en caso de enfermedad. Busquemos el arrepentimiento y una renovada comunión con Dios y descubriremos su misericordia. (Job 42:10-13/Psa 103:3) N.V
IV. LOS ÁNGELES GUARDIANES CUIDAN DE NOSOTROS
91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te
guarden en todos tus caminos. 91:12 En las manos te llevarán, Para que tu pie
no tropiece en piedra.
Cada uno de nosotros tiene su propio ángel guardián. El
Dr. Billy Graham, en base al plural que se emplea en este texto, concluyó que
cada creyente debe tener al menos dos ángeles para protegerlo. Salmos 91:4
nos dice que Dios nos cubrirá con sus plumas y menciona que estamos bajo sus
«alas». Como Dios no tiene alas ni plumas, algunos han sugerido que estas
plumas y alas se refieren a las de nuestros ángeles guardianes, los cuales nos
cubren para protegernos de caídas, de perdernos o tropezar con peligros
desconocidos en el dominio invisible del espíritu. ( Éxodo 3:2; Ex 3:4) M.H.
91:3 peste destructora: Alude al ataque de
una plaga. La metáfora tiene una significación especial para los hebreos,
debido a que las plagas de langostas y varias enfermedades endémicas eran
comunes en el Oriente Medio (Joe 1:4). 91:11, 12 Esto fue citado
por Satanás para confundir a Jesús cuando era tentado en el desierto, en un
intento de que actuara irresponsablemente (Mat 4:6). 91:13 Véanse Lucas 10:9 y Rom
16:20.
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