REFLEXIONES DEL PASTOR
Se cuenta de un pastor acompañado de su esposa recién
casado que, al llegar al pueblo, donde inició su primera y única labor
pastoral, lo recibió un diacono; quien en su coche le mostró el lugar y después
le presentó la iglesia hasta llegar a la casa pastoral. Durante el recorrido, prácticamente de
madrugada, surgió una conversación interesante:
- Esta iglesia, dijo el diacono con mucho énfasis,
tiene una larga historia. Por esta iglesia han pasado buenos pastores, pero
también, hemos tenido algunos pastores deficientes.
Cuando el diacono hizo esa afirmación, el joven
ministro aprovecho y le pregunto:
- ¿Qué esperan ustedes de un pastor? Temiendo que su
respuesta incluyera un currículum de títulos, méritos académicos y
experiencias. Su respuesta fue breve y contundente.
- “Que madrugue, que no duerma hasta tarde”
- ¿Y cómo van a saber ustedes si su pastor madruga o
no?
Entonces el diacono señaló a la chimenea de una de la casa y le preguntó:
- ¿Ve esa chimenea? Aunque todavía es muy temprano,
allí hay humo, eso significa que en la casa ya están levantados ¿Ve esa otra
casa? Ya se levantaron para encender el fogón, dijo señalando a otra dirección,
aquella es la casa pastoral; no hay humo en la chimenea.
El diacono reflejo su sentimiento, en cuanto a lo que
espera de un ministro, como un llamado de atención a la joven pareja, que
apenas iban a tener su primera experiencia pastoral.
- Yo paso por aquí cada mañana, temprano, camino de mi
trabajo, y cuando lo hago, quiero ver humo en la chimenea de mi pastor. Eso me
indica que esta levantado, orando por todos y preparando nuestro alimento
espiritual. Eso es lo que esperamos de nuestro pastor; que madrugue para buscar
la presencia de Dios.
Más en el siguiente video
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